
Por Jorge Posdeley. Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), durante este fin de semana se movilizaron un total de 1.694.000 turistas, una cifra que representa un 21% más que el mismo feriado del año pasado. Esta mejora es relevante, especialmente si se considera que durante la mayor parte del 2025 el turismo interno creció en volumen, pero cayó en gasto y pernoctación.
22 al 24 de noviembre de 2025
Por Magister Jorge Posdeley – Arroba Consulting
Un feriado que comienza a reconfigurar el mapa turístico
El último fin de semana extra largo por el Día de la Soberanía Nacional nos dejó un mensaje que invita a repensar con mayor profundidad el momento actual por el cual está atravesando el turismo argentino. Sin euforias ni estridencias, pero con señales concretas, el movimiento turístico de este período muestra que el país parece haber encontrado un punto de equilibrio después de varios largos meses de inestabilidad.
Pese a un contexto económico todavía recesivo y a la presión creciente del turismo internacional, millones de argentinos continúan buscando alguna forma de viajar. Este comportamiento no responde solamente a la lógica del consumo; se sostiene en una dimensión emocional, cultural e incluso identitaria. Viajar sigue siendo para un grupo reducido, pero persistente una necesidad que actúa como válvula de escape y como acto de pertenencia territorial.
Movilidad en alza: una recuperación moderada, pero real
Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), durante este fin de semana se movilizaron un total de 1.694.000 turistas, una cifra que representa un 21% más que el mismo feriado del año pasado. Esta mejora es relevante, especialmente si se considera que durante la mayor parte del 2025 el turismo interno creció en volumen, pero cayó en gasto y pernoctación.
En este caso, la estadía promedio se ubicó en 2,3 noches, un incremento del 15%, favorecido por el formato de cuatro días, que permitió estancias un poco más largas. Aunque el gasto diario individual $91.317 por persona volvió a ubicarse por debajo del año anterior (con una caída real del 3,7%), el balance global del período fue positivo: el gasto total alcanzó los $355.789 millones, superando en términos reales al de 2024 debido al mayor volumen de personas y a la estadía extendida.
Lo que se observa aquí no es un cambio de tendencia abrupto, sino un rebote moderado y medido: más gente viajó, se quedó un poco más, y aunque siguió gastando con cautela, el movimiento total mejoró. Es una señal importante, porque rompe con la lógica de “más turistas, menos rendimiento total” que había caracterizado a varios fines de semana largos de este año.
El contexto que explica el comportamiento del viajero
El turista argentino de este 2025 continúa actuando bajo una lógica de austeridad planificada. Esto implica, entre otros aspectos:
Comparación intensiva de precios antes de reservar,
Uso de plataformas y compras móviles para optimizar costos,
Preferencia por actividades gratuitas o de bajo impacto económico,
Elección de destinos ya conocidos y cercanos para reducir riesgos,
Toma de decisiones a último momento en función de oportunidades.
Este comportamiento responde tanto a la pérdida del poder adquisitivo como a la sensación de inestabilidad general. En ese marco, los destinos que mejor se desempeñaron fueron los que ya vienen liderando la oferta nacional: Mar del Plata, Córdoba, Puerto Iguazú, Mendoza, Termas de Entre Ríos, y en Patagonia, El Calafate, El Chaltén y Puerto Madryn. La concentración es clara: los destinos consolidados continúan capturando la mayor parte de la demanda, mientras que los emergentes dependen cada vez más de la promoción y de las estrategias colaborativas para sostener sus niveles de ocupación.
El dato estructural: solo el 5% viajó
Aunque la cifra de turistas movilizados pueda parecer elevada, representa apenas el 5% de la población argentina. Esto significa que el 95% de los habitantes del país no viajó durante este fin de semana. Este indicador, muchas veces omitido en los análisis públicos, expone con claridad el nivel de desigualdad en el acceso al turismo y al ocio.
Viajar dentro del país se transformó en un lujo relativo. Un estudio de INECO-UADE estima que una familia necesita $1.156.988 para realizar una escapada promedio. Además, las diferencias internas son notables: viajar a Cariló cuesta casi cuatro veces más que hacerlo a Gualeguaychú, lo que demuestra que el costo del alojamiento es hoy la variable que más define la accesibilidad y la competitividad entre destinos.
Balance nacional y lectura estratégica
Entre enero y noviembre de 2025, los siete fines de semana largos movilizaron 11,96 millones de turistas, generando un movimiento económico de $2,72 billones (aproximadamente USD 1.944 millones). Sin embargo, estos números deben interpretarse junto con la persistente caída del gasto promedio individual y el aumento de los costos operativos del sector.
Además, la competencia internacional se consolidó como un factor determinante. Chile y Brasil continúan captando viajes por precio, compras y oferta, y este fin de semana registraron nuevamente altos niveles de movilidad fronteriza.
En este escenario, la recuperación moderada observada en noviembre debe leerse como una oportunidad para iniciar la planificación del verano desde una plataforma más estable, pero con plena conciencia de los desafíos que persisten.
Conclusión: señales claras, desafíos abiertos
Este fin de semana largo no fue espectacular ni rompió récords, pero dejó algo más valioso: una señal de estabilización después de meses de incertidumbre.
Hay más turistas viajando.
La estadía promedio dejó de caer.
El gasto total se recuperó aun con cautela individual.
Sin embargo, el panorama económico aún tensiona al sector:
El gasto per cápita sigue deprimido,
La accesibilidad al turismo se concentra en una franja social reducida,
La competencia externa crece,
Los destinos enfrentan costos operativos muy altos.
El desafío central para el entramado turístico público, privado y comunitario será generar valor real que permita que el turista no solo elija viajar, sino que gaste, permanezca y recomiende. La economía de experiencias, la diferenciación y la gestión sostenible no son tendencias, sino condiciones necesarias para sostener y ampliar ese 5% que hoy mantiene en movimiento al turismo argentino.
Por Magister Jorge Posdeley. Arroba Consulting – Consultoría en Turismo, Marketing Digital y Sostenibilidad
