“El clima está cambiando, nosotros también deberíamos” Anónimo.
Dr. Alfredo César Dachary. Mexico
Desde los últimos días de noviembre al 12 de diciembre del 2023 se llevo a cabo la Reunión Internacional sobre Cambio Climático, fenómeno que amenaza el planeta y que fue generado por el uso y abuso irracional de los humanos sobre el patrimonio natural, primer capítulo de una nueva etapa, el Antropoceno, era donde las transformaciones pasan de la naturaleza a la humanidad.
Como todo evento internacional de gran importancia para el futuro de nuestro planeta, ya que no hay un plan B alternativo, se comienza por el lado político que es la forma tradicional de desviar el problema, sus causas y potenciales formas de frenarlo.
Se comienza criticando al país anfitrión, los Emiratos Árabes, como el año pasado durante el Mundial de Fútbol fue con Qatar, movimiento que ya sabemos que es de distracción, aunque esté asentado en una dolorosa situación, ya que estos países son el capitalismo de última generación y el más exitoso.
En este hablar de democracia en medio del genocidio palestino, de derechos humanos tras una guerra no declarada de Arabia Saudita, los Emiratos árabes contra Yemen del Sur, que no tiene capacidad efectiva de respuesta y que hoy enfrenta, según las Naciones Unidas, la peor hambruna en 100 años.
El organismo internacional pide a Arabia Saudita, líder de una coalición internacional, que detenga los ataques aéreos contra los rebeldes hutíes, pero con el ejemplo de Palestina, no queda lugar a peticiones humanitarias en momentos en que hay más de cinco grandes conflictos armados activos y en expansión.
Resaltamos esta situación, porque luego se cae en el tradicional lenguaje de las Relaciones Internacionales, que nunca pasan de ser recomendaciones y, como tales, jamás se cumplen, porque no todos los países altamente desarrollados están dispuestos a sacrificar su estrategia en momentos en que lo que está en juego es la hegemonía del sistema mundial.
Aparentemente se ha llegado a un acuerdo que contiene el compromiso de varios países de entregar más de 200 millones de dólares para poder subsanar lo que se ha venido llamando la justicia climática, el hecho de que los países que menos han contribuido al cambio climático son los que más lo están sufriendo, como es el caso de los archipiélagos del Pacífico e Índico, verdaderos “paraísos turísticos”, hoy seriamente amenazados.
Así se tiene que la delegación del país sede se reunieron en Dubái y allí pudieron ultimar la puesta en marcha de un fondo que ayudará para compensar a los países vulnerables que luchan por hacer frente a las pérdidas y daños causados por el calentamiento global, un gran avance en el primer día de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año, denominada como la COP28.
Según el responsable de la Secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell, se espera que todos los gobiernos y delegados aprovechen este impulso para lograr más resultados, un problema urgente en los países más pequeños afectados por el impacto del cambio climático.
Esta reivindicación que están asumiendo importantes países desarrollados es una respuesta que está vigente en la primera línea de impacto del cambio climático y apoyará para afrontar el costo de la devastación causada por fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, especialmente en este 2023, que tiene su origen en la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero, que generan el calentamiento global y que en su mayoría han sido provocados por los países más desarrollados.
El antecedente de este histórico acuerdo que se viene trabajando luego de varios años de intensas negociaciones en las Reuniones anuales de la ONU sobre el clima, donde las naciones desarrolladas manifestaron su apoyo a la necesidad de crear un fondo, el año pasado, durante la COP27 en Sharm el-Sheikh (Egipto).
El sultán Al-Jaber, presidente de la COP28, ha declarado que su país, Emiratos Árabes Unidos, destinará 100 millones de dólares al fondo y a éste se ha sumado Alemania que también ha ofrecido una contribución de 100 millones de dólares al fondo. Tras estos avances reales, se están adhiriendo Gran Bretaña, Estados Unidos y Japón, que no han anunciado aún la cuantía de su contribución al fondo.
Esta 28ª. Reunión anual ha tenido un alto número de participantes y temas, así como la intensidad de los fenómenos que nos afectan, como recientemente el caso de Acapulco en México.
El recinto de la Expo City en la periferia de Dubái, alojará a más de 70,000 delegados, entre diplomáticos, expertos, sociedad civil y otros participantes que se reunirán para forjar un futuro mejor para el planeta.
Dubái ha tenido entre 2020 y 2022 grandes tormentas de arena que amenazan su amplio desarrollo urbano y que son una expresión de los impactos del cambio climático en un país que prácticamente artificializó toda su naturaleza, transformando costas y regiones interiores a un elevado costo financiero y aparentemente más a nivel de la frágil naturaleza como es el desierto.
Esta situación del país anfitrión coincide con la advertencia que se produjo por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que emitió un informe provisional en el que afirmaba que durante 2023 se han batido de nuevo récords climáticos, acompañados de un tiempo extremo que ha dejado un rastro de devastación y desesperación.
Una serie de informes publicados en vísperas de la COP28 han puesto de manifiesto que el mundo está muy lejos de alcanzar los objetivos climáticos de ese tratado y que, si no se toman medidas ambiciosas y urgentes, nos dirigimos a un aumento de temperatura de 3 grados para finales de este siglo, que tendría consecuencias catastróficas para la vida en el planeta.
Simon Stiell, en su calidad de secretario de la ONU para el Cambio Climático, pidió a los países a presentar nuevas y ambiciosas medidas, que se recogen en las llamadas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) o Planes nacionales de lucha contra el cambio climático, en los que todos y cada uno de los compromisos para 2025, en materia de financiación, adaptación y mitigación, deben estar en consonancia con un mundo de 1.5 grados.
La visión de la Presidencia de la COP28 se articula en torno a cuatro grandes ejes de acción:
- Acelerar la transición energética y reducir las emisiones a 2030: el objetivo es triplicar la capacidad renovable en 2030 es una de las grandes metas de esta cumbre. También se pretende duplicar la ratio de eficiencia energética, aumentar la electrificación y reducir las emisiones de metano al 2030, así como el uso de combustibles fósiles.
- En materia de financiación climática: cumplir las promesas hechas y sentar las bases para un nuevo acuerdo global en ese ámbito. La financiación es un tema clave en un año en el que se debate la reforma del sistema financiero multilateral para responder mejor a las necesidades de los países en desarrollo. Es importante que se cumpla el objetivo de duplicar la financiación para adaptación en 2025, así como avanzar para sentar las bases del Nuevo objetivo Colectivo cuantificable de financiación Climática que deberá aprobarse en 2024 y cubrir las necesidades de los países en desarrollo.
- Situar a la naturaleza, las personas, las vidas y los medios de vida en el centro de la acción climática. En la COP28 se espera la puesta en marcha del Fondo para Pérdidas y Daños, aprobado el año pasado y uno de los principales resultados de la COP27, así como avanzar en la adopción de un marco fuerte para el Objetivo Global de Adaptación.
- Movilizar a todos los actores para organizar la COP más inclusiva de la historia. Se espera una participación muy alta de jóvenes, así como delegaciones paritarias y con representación de comunidades indígenas.
Las oportunidades que tiene el planeta se comienzan a reducir y la responsabilidad de los que más han impactado al planeta aún está lejos, pero esperemos que en Dubái puedan cambiar de actitud, ante hechos y situaciones cada vez más irreversibles.
Dr Alfredo cesar Dachary Mexico.
cesaralfredo552@gmail.com