La OTAN como mercado

Dr. Alfredo César Dachary.          “El arte de la guerra se basa en el engaño” Sun Tzu.

Esta cita del autor del clásico libro del siglo V. a.c. “El arte de la guerra” parece ser eterna porque, cada vez que emerge o se genera un conflicto armado, el engaño es un común denominador.

Comenzaremos en la coyuntura actual cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza con dejar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), uno de sus instrumentos políticos más efectivos durante la última parte de la guerra fría y posterior a la caída de la URSS y, por ende, la descomposición y reformulación de la denominada Europa del Este o la organización del Tratado de Varsovia, en la que varios países se integraron a la OTAN.

Hay muchas causas para ocultar una situación muy difícil para Estados Unidos, desde una deuda impagable de dos veces y media su PIB, a la gran reducción de su sector industrial debido a la localización de muchas empresas en países cuya mano de obra es muy barata en comparación con los países desarrollados.

 La excepción es el incremento de la producción de armamento produciendo la gran opción de promover un rearme con la amenaza de futuras agresiones como la actual, planteada desde el Pentágono, usando como caballo de Troya a Ucrania, la cual hoy es negociada para lograr la paz entre Rusia y Estados Unidos, ante la resistencia de la Unión Europea, que debe acostumbrarse de países colonizadores a colonizados.

Suena extraño que en plena crisis económica de la mayoría de los países de la OTAN principalmente, Gran Bretaña, Francia, Alemania y España, todos coincidan en la necesidad de prolongar la guerra con los costos elevados que ello implica.

Estimamos que hay otros problemas de fondo, que empujan a este nuevo compromiso armamentista que dejará empeñados por largo plazo a Europa, con Estados Unidos, el productor que ofrece venderlas y capacitar en la operación de ellas a través de satélites y otros medios, incluido drones.

Pero hay más, la decadencia de Europa occidental junto a Estados Unidos es también de la narrativa, donde ellos construyeron la civilización actual, lo que no es cierto, ya que Oriente desarrolló un fuerte comercio y navegación, incluido monedas, bancos y otros instrumentos financieros que nos permiten afirmar que ésta es la primera globalización Oriente – Occidente, y luego vendrá la 2ª. globalización junto al desarrollo del capitalismo.

La pérdida del poder económico y la caída en desuso por reemplazo de la vieja narrativa, rompería toda posibilidad de continuar siendo el epicentro del mundo, y ello también está en la mente del norteamericano medio, que cree que vive en la cima del mundo de un país “invencible”, aunque lo desmienten las pérdidas

de las guerras en Vietnam, Laos y Camboya, Irak y otras más, desde Angola al Oriente Medio donde Israel es el centro de la dominación de Estados Unidos, pero cada vez más acotado por nuevas alianzas, desde los BRICS a la CELAC y la Ruta de la Seda.

Abastecerse de armas modernas para enfrentar un futuro que lo plantean como irreversiblemente oscuro, es diseñar que Estados Unidos solo perderá o compartirá la hegemonía mundial con sangre a diferencia de la mayoría de los imperios que caen implosionando por dentro y ello implica el duplicar el presupuesto militar de todos los países miembros, algo imposible porque las viejas potencias, hoy en decrepitud, y los nuevos socios de la ex Europa del Este lo están más aún.

El presentador de la “oferta neocolonial” fue el secretario Marco Rubio, que ya trata a sus pares de la Unión Europea como lo que son, países de bajo desarrollo luego de la caída en el neoliberalismo, que borró todos los rastros de derechos sociales de la Europa occidental, acelerado por la crisis del 2008 y agudizada por la pandemia.

Pero el escenario falso presentado por Trump es verídico en el fondo, aunque las causas que plantea Estados Unidos no son las reales. La crisis de ese país no se debe tanto a que debe mantener la OTAN, sino por su baja producción, en julio de 2024, la producción industrial cayó un 0,6%, lo que fue mayor a lo esperado por los economistas. 

En septiembre de 2024, la producción industrial cayó debido a huracanes y a una huelga prolongada de Boeing y en la producción manufacturera, se evidenció una caída del 0,3% mensual, debido a la menor producción no duradera y de la duradera. 

El año pasado la producción minera disminuyó 0,2% mensual, debido a una contracción del 2,8% en la perforación de pozos de petróleo y gas. A lo que hay que sumarle los factores que afectan la producción además de los de “orden natural” como son los huracanes, huelgas, la caída de la producción de petróleo y gas. 

Estados Unidos invirtió en ejército y armas para mantener las mil bases en el mundo, el único soporte del dólar, “la amenaza y el chantaje militar”, mientras su competencia, la República Popular China lleva varias décadas sin enfrentamientos militares, porque su estrategia es de producción, o sea, “crecimiento” con sólidas bases.

La estrategia de Trump es muy burda, ya que Europa occidental y otros aliados los “cuida” el “oso dormido”, que fue despertado para generar miedo a una sociedad en crisis que no tiene a quien echarle la culpa de su fracaso.

La guerra fría fue el sostén de medio siglo de Estados Unidos, incluso cuando el dólar deja de tener respaldo oro en los 70’, pero aún era una economía en plena expansión, aunque en esos años, la creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) generó un organismo internacional fuerte con plena vigencia y poder en la actualidad.

The New York Times del 5 de abril de 2025 revela la “continuidad de la política exterior de los demócratas y los republicanos”, y que por ello Estados Unidos no sólo suministró a Ucrania, bajo la administración anterior, alrededor de 70,000 millones de dólares, sino que también planificó y dirigió las operaciones militares ucranianas contra Rusia desde el cuartel general de las fuerzas militares estadounidenses en Europa, en Wiesbaden en Alemania.

El conflicto fue planeado y dirigido por Estados Unidos y la OTAN – bajo las órdenes de Washington – eso ya lo habíamos dicho desde el primer momento en base a hechos concretos.

Pero el fácil optimismo en cuanto a que la administración Trump pueda poner fin rápidamente a la guerra con un acuerdo directo entre los presidentes Trump y Putin y que, oponiéndose a los miembros europeos de la OTAN, y que Estados Unidos vaya a retirarse de las operaciones de la alianza atlántica contra Rusia e incluso retirarse de la OTAN misma. Esto es parte del cuento del lobo, que plantea a Estados Unidos ante la caída inminente de una hegemonía real, solamente está preparado para mantenerse a través de guerras, sin considerar el alto costo humano.

Europa no quiere verse en el espejo ucraniano de pueblos y ejércitos destruidos, ya ese papel le tocaría en la nueva guerra fría cuando se utilicen como caballo de Troya a Lituania, Estonia y Letonia, a fin de alterar la ruta del norte.

The New York Times revela, aportando detalles muy significativos, que Estados Unidos no sólo suministró a Ucrania, bajo la administración Biden, alrededor de 70,000 millones de dólares, sino que también planificó y dirigió las operaciones militares ucranianas contra Rusia desde el cuartel general de las fuerzas militares estadounidenses en Europa, en Wiesbaden (Alemania). El conflicto fue planeado y dirigido por Estados Unidos y la OTAN, bajo las órdenes de Washington desde el primer momento.

El fácil optimismo de la administración Trump de poder poner fin rápidamente a la guerra con un acuerdo directo entre los presidentes Trump y Putin pese a la oposicion a los miembros europeos de la OTAN, es también una de las jugadas peligrosas de Trump y que puede llegar a desbordarse retirándose de la OTAN misma y, con ello, la principal fuente de financiamiento.

En la Reunión de los Ministros Exteriores de la OTAN que se realizó en Bruselas para la construcción de una OTAN más fuerte y compartida, el secretario de Estado Marco Rubio clarificó la posición de la administración Trump, al sostener que, “Estados Unidos está activo en la OTAN como nunca antes lo ha estado. Nos mantendremos en la OTAN, pero queremos que sea más fuerte. Queremos irnos de estos encuentros sabiendo que cada miembro en particular se compromete y mantiene la promesa de alcanzar un gasto militar equivalente al 5% de su PIB y los Estados Unidos también tendrá que aumentar su porcentaje”.

Está en contra de una OTAN que no tiene la capacidad necesaria para cumplir las obligaciones que el Tratado impone a cada Estado miembro. Es una verdad dura pero fundamental, que debe ser dicha ahora para construir una OTAN que tenga la capacidad de defender los territorios de nuestros Estados nacionales y de disuadir cualquier acción agresiva contra uno de nosotros.

La estrategia de Occidente la enunció el Secretario General de la OTAN en el encuentro de los Ministros de Exteriores de la alianza, en presencia del secretario de Estado estadounidense: «Rusia es nuestra amenaza a largo plazo, pero están también los problemas crecientes con China, Corea del Norte e Irán. Esos cuatro países están cada vez más relacionados y esos dos teatros de operaciones están cada vez más conectados y entrelazados.»

Ese tema se aborda ampliamente, en The Wall Street Journal, por un grupo de analistas que explican que «China, Irán y Corea del Norte se han unido en un nuevo eje, el CRINK, que está trabajando contra Estados Unidos para desafiar las sanciones occidentales y socavar los intereses de Estados Unidos».

Una vez más la “Civilización Occidental, con epicentro en el capitalismo, plantea el futuro desde la perspectiva de la guerra, ésta es la democracia que desean, la que desarrolló Alemania, Italia, España, Portugal, Grecia, por un lado y los colonizadores por el otro. China ha demostrado como se logra sacar 820 millones de ciudadanos de la pobreza, transformar los desiertos en vergeles y domar las grandes montañas con túneles y trenes. El resto es la propaganda gastada y descreída hoy de Occidente, que generó las dictaduras más sanguinarias del siglo XX, dos guerras mundiales y ahogó en sangre las independencias de los pueblos que entre 1883-84, se repartieron toda Africa y que hoy sobreviven luego de un saqueo brutal.

Doctor. Alfredo César Dachary, México. cesaralfredo552@gmail.com

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