La era de los datos

por Alfredo César Dachary. La era de los datos. “Todo va a estar conectado a la nube y a los datos, mediado por software”. Satya Nadella (Microsoft)

Las sociedades digitales son el resultado de la transformación tecnológica que afecta todos los aspectos de la vida y una de las metas es garantizar su seguridad. Este nuevo paradigma, que se presentó en Davos y definido como la Cuarta Revolución Industrial, destaca la necesidad de desarrollar nuevas estrategias sociales en las que la digitalización, la inteligencia artificial y la robótica que serían sus pilares.

Una sociedad digital es una organización social en la que sus estructuras e intercambios diarios están condicionados y conformados por sistemas automatizados, tecnologías de la información y comunicación (Tics), dispositivos y otras tecnologías digitales.

El proceso de digitalización implica un movimiento de adaptación e integración de tecnologías avanzadas en todas las áreas de la sociedad y la cultura, donde este proceso transformador influye en el pensamiento, las decisiones y las acciones de las personas que habitan estas sociedades de la información. Entre las características de las sociedades digitales, éstas tienen una serie de características comunes, independientemente de dónde se desarrollen, ya que una sociedad digitalizada es una sociedad cambiante, en continua evolución, flexible y en la que se establece una cultura de adaptabilidad evolutiva. Este tipo de organización social es inclusiva y ofrece las mismas posibilidades a todas las personas que la componen, ayudada por la democratización del acceso a Internet, siendo la mayor limitante la educación, ya que el proceso requiere de personas cada vez más formadas en los temas de estas nuevas tecnologías.

Esta revolución de los datos impulsa el establecimiento de un amplio hábitat cultural que lleva a enmarcar los problemas de la vida en términos de disponibilidad de datos y de las permutaciones que éstos permiten y el mismo desarrollo está vinculado a la tendencia a entender el proceso de generación de conocimiento, fundamentalmente, como operaciones de computación de grandes volúmenes de datos.

Estas nuevas tendencias indican una transición cultural de mayor dimensión que da fe de la creciente importancia que los modelos cognitivos formales, basados en datos, que están adquiriendo prioridad como medio de conocer y experimentar el mundo.

En general, la experiencia humana oscila siempre entre lo que se percibe a través de los sentidos que es lo sensible, y lo que puede ser pensado o recordado que es lo inteligible, sin una referencia inmediata a la realidad tangible. La percepción es un componente vital e inseparable de la vida y está moldeada por la cultura, firmemente anclada al sensorio humano. Así, la experiencia humana se extiende más allá de los datos básicos aportados por la percepción e implica contemplar operaciones mentales de naturaleza abstracta, que carecen de una referencia inmediata a la realidad ostensible y la información que ofrecen los sentidos.

Los desarrollos actuales, coincidiendo con la omnipresencia de los datos en la mayoría de los ámbitos de la vida, reconfiguran el equilibrio entre lo sensible y lo inteligible, acentuando la moderna preponderancia de los modelos formales de cognición sobre la percepción y la experiencia directa, ya que las piezas esenciales de la realidad están cada vez más mediatizadas por marcas digitales. 

El reciente debate sobre el Big data y el advenimiento de la ciencia de los datos son indicativos de estas tendencias, así como de un cambio cultural y social de grandes proporciones. Al intervenir de esta forma en las vivencias y el conocimiento, los análisis basados en los datos alejan la experiencia de la Gestalt o psicología de las formas, las sensaciones, la intuición y el conocimiento basado en la observación, el ensayo/ error y la participación de familiaridad con el mundo

La percepción del mundo está siempre vinculada a lo que Rosch llama conceptos o categorías básicos, unidades del mundo social y naturales según los cuales las comunidades humanas ordenan sus impresiones del mundo, para conseguir una economía perceptiva, aunque todavía conectadas a la realidad palpable de las cosas.

El concepto de «mobiliario», que nos ayuda a clasificar una categoría de objetos domésticos en términos funcionales, agrupándolos en una entidad inclusiva y por lo tanto abstracta, y la generación masiva de datos es la marca distintiva de nuestra era y la disponibilidad de los mismos.

Los avances informáticos, los métodos computacionales y el aprendizaje automático amplían enormemente el tipo de tareas que se pueden abordar y resolver con éxito mediante el uso de máquinas, y la adopción sin precedentes de tecnologías ligeras, la difusión de plataformas digitales y las redes sociales, otorgan al entorno online actual una dimensión social que estuvo vagamente presente en el primitivo Internet.

El Internet, en general, construye un hábitat comprensivo de vida y conocimiento que se extiende mucho más allá del trabajo y los entornos profesionales, en los que la tecnología de la información y sus resultados cognitivos han sido habitualmente estudiados.

Este desarrollo establece un contexto cultural que cuantifica cada vez más las actividades diarias y enmarca las cuestiones de la vida cotidiana en términos de datos, así como cualquier relación puede interferirse a partir de exprimir grandes volúmenes de datos, tanto entre legos como entre expertos. Esto es una transformación histórica mediante la cual la cultura digital (los datos y la información) desplaza la realidad inmediata de la experiencia personal, el conocimiento experiencial y la interacción.

La despersonalización y la difusión de métodos formales de vida y conocimiento están íntimamente ligadas a la modernidad; el desarrollo actual difiere en algunos aspectos importantes que vale la pena observar y analizar. Estos son argumentos analíticos que exponen algunos de los problemas que plantea la cognición basada en datos para las culturas de legos y expertos.

La proliferación de datos se combina con la difusión de dispositivos computarizados en el tejido social, para construir nuevas formas de experiencia, en las que se enmarcan un amplio abanico de cuestiones cotidianas en términos de datos e información. El reduccionismo analítico de la computación y la generación masiva de datos al estar disponibles se supone que pueden decirnos quienes somos, nuestro perfil y preferencias y mucho más, incluido cómo llegar a un destino por el laberinto urbano de las ciudades.

Los datos capturados y almacenados de forma masiva y meticulosa, todos los días y en todas las esferas de la vida, podrían arrojar luz sobre realidades personales, sociales y naturales y abordar un impresionante abanico de problemas a los que se enfrentan la gente y las sociedades.

Pero las implicaciones del uso de datos van más allá de la reestructuración de la vida diaria y afectan a las relaciones y comportamientos económicos, mediante la difusión de nuevas formas de crear, distribuir y monetizar el valor, que impactan aún más en las instituciones y en las relaciones institucionales. Pero construir, el perfil de las preferencias de las personas mediante datos informáticos proporcionados por los hábitos de navegación por Internet y las redes sociales es una práctica intrincada con graves repercusiones institucionales y jurídicas, ya que el sujeto se pregunta: ¿Yo soy mis datos solamente? ¿De qué otras maneras pueden conocerme? ¿Qué más soy o podría ser? ¿Quién tiene derecho a conocer mis datos?

Hay evidencias que sugieren que la práctica científica se compromete cada vez más con la producción y la manipulación computacional de los datos, hasta el punto de superar su dependencia empírica y su vinculación directa con los hechos. El primer nivel es el proceso de desarrollo del conocimiento «basado en datos» es el mapeo integral de la realidad a través de la generación tecnológica de grandes cantidades de datos.

Ryoji Ikeda plantea cómo la explosión de los datos transforma radicalmente nuestras vidas, en la exposición sobre los datos, Big Bang Data y la mayor parte de las condiciones bajo las cuales los datos son recabados y agregados tecnológicamente supera con creces la capacidad de atención, registro y memoria.

El objetivo último de la recodificación de datos es ir más allá de las particularidades y describir la realidad a un nivel mucho más amplio. Las soluciones personalizadas son el resultado de un complejo camino en el que el conocimiento de los individuos se deriva de la comparación entre sus datos con los de otros individuos similares. El desarrollo del conocimiento a través del Big Data y las prácticas científicas que apoya, no solo reconfigura el papel de la percepción en la vida humana, sino también los hábitos conceptuales y las tradiciones clave de la investigación y la práctica científicas.

El registro de datos y los análisis estadísticos realizados con grandes volúmenes de datos disponibles se alejan mucho de la teoría y del uso de conceptos como vías fundamentales para desentrañar la constitución opaca de la realidad.

No se necesita teoría para detectar patrones en los datos, desde este punto de vista, los patrones, si los hay, deberían surgir de los procesos ascendentes de manipulación y agrupación de datos a través de toda una serie de técnicas estadísticas que han recibido el prestigioso nombre de «ciencia de los datos».

Algunos cambios, propios de esta era, fueron popularizados inicialmente por Chris Anderson (2008) que predijo provocativamente el final de la teoría y del conocimiento científico en el sentido estándar del término, es decir, del desarrollo conceptual vinculado a una evidencia del tipo que sea.

Debido a la mayor disponibilidad de datos e información más precisos, la confianza en la teoría y en los marcos conceptuales, afirmó, irá disminuyendo y el conocimiento finalmente será adquirido inductiva y exclusivamente a través de correlaciones realizadas en grandes masas de datos.

         El fin de la ciencia como se conocía antes, deja lugar a nuevos paradigmas, ¿Quién los elaborará, el nuevo científico o las nuevas inteligencias artificiales?, es provocativo, pero puede ser una realidad, como parte de la deshumanización del paradigma humano que nos rige desde los primeros tiempos.

Doctor Alfredo Cesar, México  cesaralfredo552@gmail.com PSS 05/07/2025

Créditos fotográficos:  pexels-thisisengineering-3861958

Qué te pareció?
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
Scroll al inicio