«El Valor del Patrimonio turistico: Claves para un Desarrollo Armónico»

En este artículo, la Magíster Ingrid Pedersen explora la profunda interrelación entre el turismo y el patrimonio, destacando cómo ambos conceptos se han desarrollado y enriquecido mutuamente a lo largo del tiempo.

En este artículo, la Magíster Ingrid Pedersen explora la profunda interrelación entre el turismo y el patrimonio, destacando cómo ambos conceptos se han desarrollado y enriquecido mutuamente a lo largo del tiempo. El patrimonio, entendido como un sistema complejo de elementos naturales y culturales, materiales e inmateriales, juega un papel crucial en la atracción turística y el desarrollo económico de los destinos. Sin embargo, esta relación también plantea desafíos significativos, especialmente en términos de conservación y sostenibilidad.

A través de un análisis detallado, se aborda la evolución del concepto de patrimonio, desde la Carta de Venecia de 1964 hasta la Convención de la UNESCO de 1972, y examina cómo estos marcos normativos han influido en la gestión y valorización del patrimonio mundial. Se enfatiza la importancia de una planificación y gestión sostenibles para equilibrar el uso turístico y la conservación del patrimonio, asegurando que las generaciones futuras también puedan beneficiarse de estos recursos.

El turismo como fenómeno social y su crecimiento.

El turismo, como fenómeno social, cultural y económico, ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas décadas, convirtiéndose en una de las principales actividades económicas a nivel mundial. Este crecimiento no solo ha generado importantes beneficios económicos, sino que también ha fomentado el intercambio cultural y el entendimiento entre las naciones.

En este contexto, el patrimonio juega un papel crucial. El patrimonio cultural y natural de un lugar es, muchas veces, el principal atractivo para los visitantes, quienes buscan experiencias auténticas, únicas  y significativas que les permitan conectarse con la historia, la cultura y el entorno natural del destino.

La noción de patrimonio se ha ampliado a lo largo del tiempo, incluyendo diversas expresiones que reflejan el patrimonio vivo de una sociedad, tales como “prácticas y tradiciones que han pasado de generación a generación”. Esto muestra que no es una categoría estática. A mediados del siglo XX, se puede observar la evolución de este concepto, como lo demuestra la Carta de Venecia (1964), donde se consagra la ampliación conceptual del patrimonio y se resalta la idea de que el monumento ya no sólo refiere a las grandes creaciones sino también a “obras modestas que han adquirido, con el tiempo, un significado cultural”.

La noción actual del patrimonio según Conti (2013:3) señala que,  existe un sistema complejo de componentes naturales y culturales, materiales e inmateriales y que el patrimonio, en sus nuevas conceptualizaciones, está vinculado a la temática que hace hincapié en el carácter selectivo e inventivo del patrimonio (Prats, 1997).

De ahí que cobre relevancia la idea de patrimonialización como proceso de tipo voluntario que involucra la incorporación de valores socialmente construidos, contenidos en un espacio de tiempo de una sociedad particular (Bustos Cara, 2004).

Almirón (2005:4) define al patrimonio como “una representación simbólica de una versión de la cultura y la identidad, producto de un proceso social de selección definido por valores, demandas e intereses contemporáneos, que es llevado a cabo por actores concretos, con intereses concretos y con poder suficiente para lograrlo”.

La “Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural”, adoptada por la UNESCO en 1972, permite que los Estados Miembros reconozcan el principio de soberanía de los países, pero, al mismo tiempo, expresen el interés colectivo de la comunidad internacional por cooperar en la protección y valorización del patrimonio, especialmente sobre aquel que presenta cualidades excepcionales, a fin de garantizar medidas de identificación, protección, conservación y presentación adecuadas.

Desarrollo de la problemática: Turismo y Patrimonio

El equilibrio entre el uso y la conservación del patrimonio es un tema de debate constante en el que se incorpora también la actividad turística, que, si bien presenta diversas potencialidades y oportunidades, también conlleva múltiples riesgos y amenazas para la salvaguarda del patrimonio. Prats (2003) se refiere a la relación turismo y patrimonio con una ecuación en la que se plantea el interrogante “patrimonio + turismo = ¿desarrollo?”. Sostiene que el turismo y el patrimonio se necesitan, pero aclara que también es una situación conflictiva donde la razón patrimonial y la razón turística despiertan tensiones. Entre los condicionantes que pueden aparecer para que esta relación se dé de una forma armoniosa se destaca la planificación y la gestión de los principios del desarrollo sostenible.

La gran afluencia turística que experimenta un territorio se debe en gran medida a que éste posee ciertas características que lo diferencian de otros territorios. Estas características pueden ser muy diversas y motivan el interés de los visitantes a desplazarse hacia ese territorio.

Al referirnos a características, hablamos de atractivos y recursos turísticos que pueden ser de tipo patrimonial, climático, natural o cultural, convirtiéndose en el punto de atracción que motiva a los visitantes a trasladarse al espacio turístico específico para realizar actividades de ocio y esparcimiento.

La cantidad de recursos puede ser amplia, pero nos centraremos en los atractivos patrimoniales, por los impactos positivos y negativos en los subsistemas sociales, culturales, ambientales, económicos y políticos que el turismo puede generar en ellos, así como en la búsqueda del equilibrio entre el uso y la conservación del patrimonio. Estos impactos no se dan siempre de la misma forma, sino que dependen de varios factores, por ejemplo, si se trata de un destino emergente o consolidado, las características socio territoriales de la comunidad, el volumen de visitas que reciba, si se trata de un bien natural o cultural, características de su orden jurídico, entre otras variables. En otras palabras, esos factores o variables harán variar el tipo y magnitud del impacto que se puede dar.

Conclusión

En conclusión, el turismo y el desarrollo están profundamente interrelacionados a través del concepto de patrimonio. La evolución de este concepto ha permitido una comprensión más amplia y dinámica de lo que constituye el patrimonio, incorporando tanto elementos tangibles como intangibles. Sin embargo, esta relación también trae consigo desafíos significativos. La actividad turística, si bien es una fuente potencial de desarrollo económico y cultural, también puede poner en riesgo la integridad del patrimonio si no se maneja adecuadamente. Es esencial que se adopten enfoques de planificación y gestión que prioricen el desarrollo sostenible, asegurando que el turismo pueda coexistir de manera armoniosa con la preservación del patrimonio. Solo así podremos garantizar que las generaciones futuras también puedan disfrutar y beneficiarse de estos valiosos recursos culturales y naturales.

Esta reflexión es esencial para profesionales del turismo, docentes, alumnos y empresarios del sector que buscan enriquecerse y conocer más sobre el turismo de experiencia. Es una invitación a seguir explorando y desarrollando estrategias que permitan un equilibrio entre el desarrollo turístico y la conservación del patrimonio, reconociendo la importancia de ambos para el bienestar y el progreso de nuestras sociedades.

Finalmente concluimos subrayando la necesidad de generar estrategias integrales que permitan un desarrollo turístico armonioso y sostenible, destacando que el turismo y el patrimonio, aunque interdependientes, requieren un manejo cuidadoso para evitar tensiones y conflictos.

Magister Ingrid Pedersen iapedersen@gmail.com pSS 17/08/2024

Créditos fotográficos: pexels-ketut-subiyanto-4901998
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