Por Jorge Posdeley. Soluciones del Marketing Digital con formatos de cuentos
La historia de este restaurante nos cuenta de la importancia de profesionalizar el manejo de las redes sociales, de tejer redes digitales que mantenga viva la llama de la pasión por el emprendimiento y la conexión con la nueva clientela
Había una vez un antiguo y encantador restaurante enclavado a un costado de una transitada ruta nacional turística. Su nombre resonaba como un eco en los corazones de quienes alguna vez habían tenido el privilegio de saborear sus exquisitos asados de vacío al horno. Conocido como «El Hornero», este restaurante familiar era el guardián de una tradición gastronómica que había perdurado a través de generaciones.
Las puertas del Hornero siempre se mantuvieron abiertas, y la clientela, como en un ritual sagrado, acudía periódicamente para deleitarse con su inigualable asado. Durante años, la fama del lugar había sido suficiente para mantener vivo el fuego en su cocina, y la boca a boca parecía ser la única estrategia de marketing que necesitaban.
Sin embargo, el tiempo y la tecnología avanzaron sin que nadie se diera cuenta. El mundo cambió, y con él, la forma en que las historias se contaron y los sabores se compartieron. Las redes sociales surgieron como la nueva plaza de encuentro virtual, donde las historias y los sabores eran narrados en imágenes y palabras digitales.
El Hornero, ensimismado en su tradición, no había prestado atención a estas nuevas formas de comunicación. Sus clientes, una vez cautivos, comenzaron a buscar nuevas experiencias culinarias en otros rincones del ciberespacio. Los platos del Hornero, aunque aún deleitosos, quedaron relegados al álbum de recuerdos digitales.
La clientela, que solía llegar con avidez, eventualmente. El río de comensales se secó y las brasas que alguna vez ardieron con pasión se enfriaron. El aroma del asado al horno, que solía tentar a los viajeros, comenzó a desvanecerse en la brisa.
Fue entonces, en medio de la nostalgia y la preocupación, que el Hornero y su familia se dio cuenta de la realidad. Comprendieron que las historias no solo deben ser narradas en el aroma de los platos, sino también en el mundo digital. Habían pasado tanto tiempo sin preocuparse por seducir a su clientela cautiva que se encontraron al borde del abismo.
Con determinación y valentía, la familia del Hornero se lanzó al mundo del marketing digital y las redes sociales. Contrataron expertos que les mostraron cómo crear una narrativa visual en línea, cómo transmitir la esencia del restaurante a través de imágenes y contenido cautivador. Aprendieron a hablar el idioma de las redes, a interactuar con los seguidores, a contar historias que resonaran en los corazones de los viajeros virtuales.
Con el tiempo, la presencia digital del Hornero comenzó a brillar. Las redes sociales se llenaron de imágenes apetitosas, videos del proceso de cocción, historias de generaciones pasadas y relatos de las delicias que guardaban en su cálido comedor. Los seguidores comenzaron a aumentar, las interacciones se multiplicaron y el aroma virtual del asado al horno nuevamente tentó a los paladares de quienes habían perdido la pista del restaurante.
El resucitar del Hornero fue como un renacer. Los viajeros digitales comenzaron a llegar, seducidos por la historia que se contaba en línea y el sabor que solo el Hornero podía ofrecer. El restaurante, una vez al borde de la extinción, volvió a ser el epicentro de experiencias culinarias inolvidables.
Así, la fábula del Hornero nos recuerda que la tradición y la modernidad pueden coexistir en armonía. Nos enseña que, aunque las brasas de la tradición sigan ardiendo, es esencial avivarlas con el viento del cambio. La historia de este restaurante nos habla de la importancia de profesionalizar el manejo de las redes sociales, de tejer una red digital que mantenga viva la llama de la pasión y la conexión con la clientela
Coleccion, Soluciones del Marketing con formatos de cuentos, Restaurante «La Oma»
por Jorge posdeley . licjorgeturismo@hotmail.com. Fecha 13/02/2024