Atrévete a explorar la selva más prístina de Misiones mientras descubres los secretos de un colectivo histórico. Deja que la naturaleza y la cultura guaraní te envuelvan en una travesía llena de magia y descubrimiento. ¡Reserva ahora y vive una experiencia que transformará tu espíritu aventurero!
La Huella del Viejo Colectivo
Había una vez, en el corazón de la selva misionera, un viejo colectivo abandonado. Este colectivo, que en sus días de gloria transportaba a los bravos trabajadores del obraje, había quedado varado en medio de la exuberante Reserva de Biosfera Yabotí. El colectivo, rodeado por más de 250.000 hectáreas de selva prístina, se había convertido en un símbolo del tiempo que había pasado, un testimonio silencioso de las hazañas y luchas de aquellos hombres valientes que intentaron domar la selva.
Con el paso de los años, la selva fue reclamando su territorio. Lianas y plantas trepadoras comenzaron a cubrir el viejo colectivo, los árboles de gran porte crecieron a su alrededor y el camino que una vez recorría desapareció bajo la vegetación. La naturaleza, en su infinita sabiduría, había ganado la batalla de dominación, demostrando que su poder es inigualable y que siempre encontrará la manera de sanar, recuperarse y cicatrizar LAS HERIDAS Hechas POR EL HOMBRE EN SU AMBICION DE DESMONTAR LA SELVA .
Pero el viejo colectivo no estaba destinado a ser olvidado. La iniciativa de las actividades del turismo de experiencias llamada «Huella Guaraní» redescubrió este rincón oculto de la selva y lo convirtió en un punto clave de sus recorridos. Los viajeros que se aventuraban por la selva misionera en busca de una conexión profunda con la naturaleza y la cultura guaraní, encontraban en el viejo colectivo un símbolo poderoso de la intersección entre la historia humana y la resiliencia de la naturaleza.
Cada grupo de senderistas que iniciaba su recorrido de 12 kilómetros por la selva se maravillaba al descubrir el colectivo. Al verlo, se daban cuenta de que provenían de un mundo moderno, pero que allí, en la selva, solo vivían los verdaderos dueños de ese territorio: los animales salvajes y la vegetación. Las huellas de los animales, los aromas de la selva y las aves que volaban y se posaban sobre el viejo vehículo, creaban una atmósfera mágica y atemporal.
La ruta 15, a pesar de ser una ruta provincial, es solo una huella que suele ser transitada ocasionalmente por una camioneta cuatro por cuatro o una moto. Esta ruta es la columna vertebral de la Huella Guaraní y uno de los tramos más pintorescos del producto turístico, ya que cruza tres áreas naturales protegidas con alto valor paisajístico, de diversidad y cultural. Por un lado, el Parque Kaa Yary ofrece una gran variedad de aves para la observación, incluyendo aves rapaces y de difícil identificación. El Área Experimental Guaraní de la Universidad Nacional de Misiones alberga rarezas como helechos arborescentes, palmitos, cedros y árboles gigantes. Y finalmente, la Reserva Cultural de Papel Misionero, donde se puede observar la selva más prístina y virgen de la región, intacta por 70 años, aquí se convive con las comunidades originarias visitando las aldeas guaraníes.
Un dato relevante que potencia esta historia del colectivo es que este histórico vehículo sirvió para trasladar a las personas que trabajaban en la Reserva de Papel Misionero. Además, estas personas vivían en el colectivo, haciendo de él no solo un medio de transporte sino también un hogar temporal en medio de la selva.
Para muchos, el encuentro con el colectivo era como iniciar un viaje perdido. Los visitantes se subían al vehículo, simulando un trayecto a través de la selva, y con la ayuda de sus selfies, inmortalizaban el momento, reviviendo la historia de aquel colectivo abandonado. Así, el viejo colectivo se transformó en la insignia de Huella Guaraní, un icono que aparecía en todas las publicaciones y redes sociales de los turistas, redescubierto gracias al marketing digital.
El producto turístico Huella Guarani
Huella Guaraní, ofrece una experiencia única y prístina en pleno corazón de la selva paranaense (ecorregión “Bosque Atlántico del Alto Paraná). Los senderistas, guiados por un paisano local, un Mbya guaraní, recorren senderos ocultos, redescubriendo majestuosas especies arbóreas, entre ellos los timbós, dejándose sorprender por la biodiversidad de la selva.
El silencio solo es interrumpido por el golpeteo de un pájaro carpintero o el saludo del guía a los árboles ancestrales que cuidan su camino. Al final del día, el guía y el grupo de visitantes llegaban a la Aldea Itá Pirú, donde pasaban la noche bajo un cielo estrellado, rodeados de la naturaleza y de la hospitalidad de sus habitantes.
La segunda etapa del recorrido los llevaba a la Reserva Natural Cultural Papel Misionero, donde el viejo colectivo los esperaba, imponente y cubierto por la selva. Este tramo del viaje está lleno de pendientes, miradores y árboles gigantes, culminando la actividad en la aldea Pindó Poty, a orillas del Arroyo Paraíso, ofreciendo como recompensa una vista espectacular de la Reserva de Biosfera Yabotí.
Huella Guaraní es, sin duda, una experiencia salvaje e íntima en Misiones, diseñada para aquellos que buscaban descubrir una parte de sí mismos en la selva. Y en el corazón de esa experiencia, el viejo colectivo abandonado seguirá contando su historia, una historia de lucha, resiliencia y redescubrimiento, inmortalizada por cada visitante que lo encontraba en su camino.
Huella Guaraní es, definitivamente, una experiencia en lo más salvaje e íntimo de Misiones. No hay espacio para cansarse, no hay tiempo para dejar de sorprenderse, pero no es para cualquiera, solo para aquellos que creen que aquí en la selva hay una parte de ellos por descubrir.
Contacto y reservas prof. Sergio Balatorre. sergiobalatorreav@gmail.com
Créditos fotográficos. Programa Huella Guarani. PSS 08/07/2024.-