
Por Dr. Alfredo César Dachary. México. “Hay tecnologías, deseos y procesos que el capitalismo hace surgir y de los que se alimenta” A. Amado.
El Aislacionismo es una estrategia para la transición al post- capitalismo, para unos, y para otros, la teoría en la que creen los nacionalistas blancos de Estados Unidos, aunque también integra a anarquistas, socialistas y gente crítica de la situación actual y en su base teórica está la relación entre algoritmos y capital.
Otra forma de verlo y entenderlo es que el aislacionismo efectivo es un movimiento que se puso de moda en Silicon Valley; considera que la innovación tecnológica sin regulación o restricciones es la solución a todos los problemas del mundo actual, por ello, muchos lo ubican como un movimiento anarquista que es útil al capitalismo salvaje y sin controles como numerosos lo plantean.
La centralidad de los algoritmos en las prácticas organizativas provocadas por la centralidad de las tecnologías de la información y además de todo lo que va de la producción a la circulación, de la logística industrial a la especulación financiera, de la planeación y el diseño urbano a la comunicación social, ya que los algoritmos buscan la constitución de una nueva racionalidad política en torno al concepto de “lo común”, significa hablar de automatización.
La automatización ha evolucionado distanciándose del antiguo modelo termo mecánico de la cadena de ensamblaje industrial hacia las redes electro computacionales del capitalismo contemporáneo, y los algoritmos son parte de una línea genealógica que, cuando comienza el capitalismo, adopta la tecnología como capital fijo y la impulsa a través de varias metamorfosis, la última de las cuales es la máquina, o más bien, un sistema automático de maquinaria puesto en movimiento por un autómata, por fuerza motriz que se mueve a sí misma.
El autómata industrial era termodinámico e inició en un sistema que se componía de muchos órganos mecánicos e intelectuales, y los obreros solo están determinados como miembros conscientes de tal sistema.
El autómata digital se despliega en redes hechas de conexiones electrónicas y nerviosas, y los usuarios mismos devienen transmisores automáticos dentro de un incesante flujo de información, donde los algoritmos deben ser situados cuando se discuten las nuevas formas de automatización como el concepto unificador de todas las actividades en las que se involucran los científicos informáticos y la entidad fundamental con la que operan estos científicos.
El algoritmo es “descripción del método mediante el cual se lleva a cabo una tarea” a través de secuencias de pasos o instrucciones, grupos de pasos ordenados que operan sobre datos y estructuras computacionales.
Para poder funcionar, los algoritmos deben existir como parte de ensamblajes que incluyen hardware, datos, estructuras de datos y los comportamientos y acciones de los cuerpos.
Para que el algoritmo llegue a ser software social debe obtener su poder como artefacto social o cultural y proceso por medio de una cada vez mejor adaptación a los comportamientos y a lo que acontece en su exterior. Los algoritmos son principalmente una forma de «capital fijo», es decir, son simplemente medios de producción, y son valiosos solo en la medida en que permiten la conversión de tal saber en valor de cambio y su acumulación. Algunas variantes del marxismo identifican la tecnología con el «trabajo muerto», el «capital fijo» o la «racionalidad instrumental», con el control y los dispositivos de captura, y la evolución de la maquinaria indica también un nivel de desarrollo de los poderes productivos que son liberados, pero nunca completamente contenidos por la economía capitalista.
Lo que interesaba es la manera en que la tendencia del capital a invertir en tecnología para automatizar y, por tanto, para reducir los costos del trabajo al mínimo, potencialmente libera un «excedente» de tiempo y energía (trabajo) o un exceso de capacidad productiva en relación con el trabajo fundamental, importante y necesario de reproducción.
Sin embargo, lo que caracteriza la economía capitalista es que este excedente de tiempo y energía no es simplemente liberado, sino que es reabsorbido constantemente en el ciclo de producción de valor de cambio, lo que conduce a la creciente acumulación de riqueza por parte de unos pocos, a expensas de muchos.
Así la automatización, desde el punto de vista del capital debe siempre, por tanto, ser compensada con nuevos modos de controlar (o sea, de absorber y agotar) el tiempo y la energía así liberados.
La historia del capitalismo ha mostrado que la automatización no ha reducido la intensidad del trabajo exigido por gerentes, en la medida en que la tecnología es para el capital solo un medio de producción, cuando el capital ha podido implementar otros medios, no ha innovado, así el tiempo liberado por la automatización debería permitir un cambio en la esencia de lo «humano», y así la nueva subjetividad pueda volver a desarrollar el trabajo necesario y redefina lo que es preciso y lo que es necesario.
Benjamin H. Bratton argumentó que asistimos a la emergencia de un nuevo nomo de la Tierra y las viejas divisiones sociopolíticas vinculadas a los poderes territoriales se interceptan con el nuevo nomo de Internet y de las nuevas formas de soberanía que se extienden en el espacio electrónico. La reducción del tiempo y el espacio en la sociedad hace notar las diferencias, que se va acelerando con nuevos avances como el Metaverso.
El stack soporta y modula una especie de «cibernética social» capaz de crear «tanto equilibrio como emergencia». Como «mega estructura», el stack implica la confluencia de complejos sistemas de material – información, interoperables y basados en estándares, organizados según un modelo topográfico de corte vertical, de capas y protocolos. La palabra «stack» en inglés puede referirse a una pila, un apilamiento o un accidente geomorfológico. En informática, un stack es una estructura de datos que almacena y recupera datos.
En el ámbito de la tecnología, un stack puede referirse a: un conjunto de herramientas y tecnologías para desarrollar software, como lenguajes de programación, bases de datos, framework y servidores. Por ejemplo, los stack MERN (MongoDB, Express.js, React, Node.js) y LAMP, o un mecanismo de las criptomonedas que funciona con Prueba de Participación, que permite comprobar transacciones y obtener recompensas, el stack ELK, que proporciona la capacidad de almacenamiento y búsqueda de datos al sistema. El stack MEAN, un conjunto de tecnologías que permite el desarrollo de aplicaciones web de forma integral utilizando JavaScript.
Para materializar la red stack se requiere abordar tres niveles de innovación socio tecnológica: así tenemos Dinero virtual: la economía contemporánea está fundada en una forma de dinero que ha sido transformada en una serie de signos, sin referente fijo para anclarlos explícitamente dependiente de la automatización computacional de los modelos de simulación, de los medios de exhibición automática de datos en pantalla (índices, gráficos, etc.) y del comercio algorítmico, como su modo emergente de automatización. Para Toni Negri «el dinero ha adquirido hoy –en cuanto máquina abstracta– la función singular de medida suprema de los valores extraídos de la sociedad en la subsunción real de ésta en el capital». Para Maurizio Lazzarato, es diferente del salario-dinero en su capacidad para ser usado no solo como medio de intercambio, sino como medio de inversión, son cruciales para mantener poblaciones atadas a la actual relación de poder.
Un experimento como bitcoin demuestra que de cierta forma “el tabú del dinero” ha sido quebrado y que, más allá de los límites de esta experiencia, hay bifurcaciones que se están ya desarrollando en distintas direcciones. Para Fumagalli: ¿la moneda creada se limita a ser solo un medio de intercambio o puede también afectar el ciclo completo de la creación del dinero, desde las finanzas hasta el intercambio? ¿Permite la especulación y el acaparamiento, o promueve la inversión en proyectos post capitalistas y facilita la liberación de la explotación, la autonomía de la organización, etc.?
En la última década, los medios digitales han sufrido un proceso de socialización que ha introducido innovación genuina respecto a formas previas de software social (listas de distribución, foros, dominios multiusuario, etc.)
Para Gabriel Tarde y Michel Foucault, la relación social como una relación asimétrica que comprende al menos dos polos (uno activo y el otro receptivo) se caracteriza por un cierto grado de libertad, podemos pensar en acciones como agradar y ser agradado, escribir y leer, mirar y ser mirado, etiquetar y ser etiquetado, y hasta comprar y vender como tipos de conducta que trans individúan lo social (inducen el pasaje de lo pre-individual a lo colectivo a través de lo individual).
- Compartir y comentar, hacer y subir fotos, videos, notas, publicitar eventos) y en «habilidades blandas» de expresión y relación (humor, argumentación, discusión) que no son intrínsecamente buenas o malas, pero que presentan una serie de posibilidades o grados de libertad de expresión para la acción política que no pueden ser abandonados a los monopolios capitalistas y que pueden migrar hacia nuevas plataformas y nuevos usos y servicios.
- El término «biohipermedia», acuñado por Giorgio Griziotti, identifica la relación, todavía más íntima, entre cuerpos y dispositivos que es parte de la difusión de los smartphones, las tabletas y la computación ubicua.
- Mientras las redes digitales abandonan la centralidad de las máquinas de escritorio y las laptops en favor de dispositivos más pequeños y portables, emerge un nuevo paisaje social y técnico alrededor de las «aplicaciones móviles» (apps) y las «nubes» que directamente «influye en el modo en que sentimos, percibimos y entendemos el mundo»
- Bratton define las aplicaciones móviles para plataformas como Android y Apple como interfaces o membranas que vinculan dispositivos individuales con una gran base de datos almacenada en una “nube” (centros masivos de almacenamiento y proceso, propiedad de grandes corporaciones).
- Los nuevos ecosistemas espaciales que emergen en el cruce entre lo “natural” y lo artificial permiten la activación de un proceso de co-creación caos motica de la vida urbana. Podemos ver aquí de nuevo cómo las aplicaciones son, para el capital, un medio para “monetizar y acumular” datos sobre el movimiento del cuerpo mientras lo subsumen aún más hondamente en redes de consumo y vigilancia.
Esta subsunción del cuerpo móvil bajo el capital no implica necesariamente que éste sea el único uso viable de estas nuevas posibilidades tecnológicas.
Dr. Alfredo César Dachary. México. cesaralfredo552@gmail.com Créditos fotográficos pexels-shkrabaanthony-5475752
