
por Jorge Posdeley. El turismo de experiencias requiere trascender la mera promoción superficial y construir propuestas donde relato y vivencia se articulen de manera coherente. En este marco, el storytelling constituye una herramienta esencial para comunicar con claridad y emoción, mientras que el storydoing asegura que lo narrado se traduzca en experiencias auténticas y memorables
El turismo, como fenómeno dinámico y en permanente transformación, refleja los cambios de la sociedad y de las formas en que los individuos se relacionan con el mundo. A lo largo de las últimas décadas, el eje del desarrollo turístico se ha desplazado desde una visión centrada en la utilización del equipamiento y el consumo de servicios localizada en la oferta turística hacia un enfoque orientado al sujeto al verdadero protagonista: el hombre, sus motivaciones y las actividades que lo conectan con un territorio. Este cambio de paradigma ha impulsado la consolidación del turismo de experiencias, en el que el viajero busca vivencias auténticas, memorables y con valor simbólico.
En este escenario, la informatización de la vida cotidiana introdujo nuevas formas de comunicación y consumo de relatos. El storytelling emergió como una estrategia clave, tanto en el marketing como en la gestión de experiencias, dotando a los productos turísticos de narrativas capaces de emocionar y generar sentido. Más recientemente, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) amplía aún más el horizonte: personalización de mensajes, creación de relatos adaptados al perfil del viajero, análisis predictivo de comportamientos
El turismo de experiencias, entonces es concebido como una forma de viaje que busca generar vivencias memorables y transformadoras, que en muchos casos se ha consolidado como un paradigma central en la generación de nuevos productos, servicios turísticos y en la planificación y promoción de los destinos.
En este marco, los conceptos de storytelling y storydoing han cobrado relevancia como verdaderas herramientas narrativas y estratégicas capaces de dotar de sentido, coherencia y valor diferencial a las propuestas turísticas. Sin embargo, pese a su frecuente utilización en ámbitos de comunicación y redes sociales, en el turismo resulta indispensable abordarlos con un tratamiento profesional y fundamentado, dado que la narrativa no es un mero recurso estético, sino un eje estructural en la construcción de la experiencia.
La importancia de la narrativa en el turismo de experiencias
A la actividad turística en su conjunto se la concibe cada vez menos como una simple suma de consumición de servicios y cada vez más como un proceso simbólico y emocional en el que los viajeros buscan identificarse con una experiencia. Así, los relatos toman preponderancia y permiten enmarcar las prácticas turísticas dentro de un horizonte de significados, reforzando la identidad cultural de un destino y facilitando la conexión emocional entre los visitantes, la comunidad local y el entorno. En este sentido, el storytelling y el storydoing se presentan como dos formas complementarias de concebir y trabajar la narrativa aplicada al turismo.
Definición de Storytelling
El storytelling se refiere al arte y la técnica de contar historias. En el ámbito del turismo, supone diseñar y comunicar relatos que transmitan la esencia de un destino, un producto o una experiencia. A través de personajes, escenarios y tramas, el storytelling busca emocionar, generar recuerdos y dar coherencia a la propuesta turística. Es un recurso ampliamente utilizado en campañas de marketing, redes sociales y materiales de promoción. No obstante, su eficacia depende de la capacidad de anclar el relato en la autenticidad y en los valores identitarios de la oferta turística.
Definición de Storydoing
El storydoing, por su parte, trasciende la narración para situar la experiencia como el eje principal de la historia. Se trata de “hacer vivir” el relato más que contarlo, poniendo al turista en el centro de la acción.
En el turismo de experiencias, esto implica que los visitantes se conviertan en protagonistas activos de una historia compartida, ya sea mediante la participación en rituales culturales, la interacción con comunidades locales, la realización de actividades de inmersión o el involucramiento en prácticas regenerativas. El storydoing otorga coherencia entre el discurso y la práctica, fortaleciendo la credibilidad y el impacto de la experiencia.
Coincidencias y diferencias entre Storytelling y Storydoing
Ambos conceptos parten de la idea de que los relatos son esenciales para generar sentido y valor en las experiencias turísticas. Tanto el storytelling como el storydoing buscan emocionar, conectar y fidelizar al visitante. La diferencia fundamental radica en el énfasis: el storytelling se centra en la construcción y comunicación de la historia, mientras que el storydoing prioriza la vivencia concreta y la participación activa en esa historia. Mientras el primero responde más a una dimensión discursiva y comunicacional, el segundo se inscribe en la praxis, en el “hacer” tangible que sostiene y valida al relato.
“Del relato a la vivencia: cómo distinguir Storytelling y Storydoing”
Imaginemos un hotel temático inspirado en la historia del ferrocarril.
Storytelling: el hotel utiliza su web y redes sociales para contar la historia de cómo el tren conectó a la región, mostrando imágenes antiguas, anécdotas y relatos de viajeros. El huésped escucha la historia en la recepción, donde un mural relata la época dorada del ferrocarril. El relato emociona y genera un marco simbólico que lo conecta con el lugar.
Storydoing: además de narrar esa historia, el hotel ofrece que el visitante «duerma en habitaciones ambientadas como vagones de tren», participe en una cena temática servida como en los antiguos coches comedor y viva una actividad interactiva donde los huéspedes asumen el rol de pasajeros de un viaje histórico. Aquí, la historia no solo se cuenta: se hace vivir, permitiendo que el viajero se convierta en protagonista activo.
Lo mismo podría aplicarse a una cafetería tradicional de un destino turístico:
Con el storytelling, la cafetería comunica en su carta y redes que el local existe desde hace 80 años y fue punto de encuentro de artistas y poetas locales.
Con el storydoing, además de contar esa historia, ofrece a los clientes la posibilidad de participar en tertulias culturales, escribir en un libro colectivo de recuerdos o probar recetas preparadas con métodos tradicionales.
En síntesis: el storytelling cuenta la historia, el storydoing la convierte en experiencia tangible.
Conclusión
El turismo de experiencias requiere trascender la mera promoción superficial y construir propuestas donde relato y vivencia se articulen de manera coherente. En este marco, el storytelling constituye una herramienta esencial para comunicar con claridad y emoción, mientras que el storydoing asegura que lo narrado se traduzca en experiencias auténticas y memorables. Si bien en las redes sociales el storytelling es una práctica generalizada, en el ámbito turístico resulta crucial profesionalizar su uso, integrándolo a la planificación estratégica y combinándolo con el storydoing para garantizar que las historias no solo se cuenten, sino que se vivan. Solo así el turismo de experiencias podrá cumplir su promesa de transformar viajes en recuerdos perdurables y en vínculos genuinos entre visitantes, comunidades y destinos.
Por Magister Jorge Posdeley. Arroba Consulting – Consultoría en Turismo, Marketing Digital y sostenibilidad https://wa.me/543764844111 licjorgeturismo@gmail.com
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