
por Jorge Posdeley| En el camino hacia un turismo sostenible y regenerativo, los datos no pueden ser decorativos. Son herramientas estratégicas. Pero para que sirvan, deben ser datos reales, primarios, y alejados de todo intento de justificar gestiones políticas. ¿Por qué nos eligen los turistas? ¿Realmente sabemos qué los motiva, ¿qué buscan, ¿cómo consumen? En el camino hacia una planificación turística más rigurosa y sostenible, la generación y el tratamiento de datos estadísticos confiables se vuelve un pilar central.
La importancia de las estadísticas reales en la gestión turística: hacia un modelo serio, transparente y profesional
En el contexto del turismo sostenible, contar con estadísticas confiables no es solo una herramienta meramente técnica: es una necesidad estratégica de la gestión del turismo. En cada fin de semana largo, organismos como la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) nos acostumbran con sus aportes de datos valiosos sobre el movimiento turístico, en la argentina. Estos informes nos permiten observar comportamientos, estimar impactos y detectar tendencias. Pero ¿qué pasa con los destinos? ¿Cómo están midiendo verdaderamente su realidad turística? ¿Y qué tan útiles, reales y consistentes son esos datos?
¿Por qué son tan importantes las estadísticas en turismo?
La actividad turística es dinámica, compleja y profundamente influenciada por múltiples factores: sociales, económicos, climáticos, culturales. En este escenario, generar registros estadísticos actualizados y precisos es clave para tomar decisiones acertadas. No hablamos solo de “cuántos turistas llegaron”, sino de comprender quiénes son, qué buscan, cómo viajan, cuánto tiempo se quedan, qué consumen y cuál es su percepción del destino.
Uno de los aspectos más relevantes y menos explorados es conocer la motivación real que llevó al turista a elegir un destino. ¿Qué lo impulsó? ¿Qué influencias pesaron en su decisión? ¿Fue una recomendación, una experiencia previa, una campaña digital, una tendencia de nicho, una búsqueda de contacto con la naturaleza o una necesidad emocional? Estos datos son fundamentales para construir propuestas turísticas auténticas, efectivas y con verdadero impacto.
Necesitamos datos reales, no relatos para justificar gestiones
Uno de los principales desafíos que se enfrentan los destinos turísticos es la manipulación de los datos para construir narrativas convenientes. Inflar cifras, exagerar impactos o esconder debilidades termina siempre afectando no solo la credibilidad institucional, sino también la posibilidad de diseñar políticas públicas efectivas. No se puede gestionar lo que no se mide correctamente.
Desde hace mucho tiempo venimos acostumbrados a modelos que multiplican “número estimado de turistas” por un gasto promedio arbitrario para obtener supuestos ingresos millonarios. El turismo no necesita marketing político, necesita herramientas técnicas serias. Necesitamos construir un modelo de gestión estadística que esté lejos de la lógica utilizada hasta ahora y más cerca de los estándares internacionales de calidad, veracidad y transparencia.
La clave está en el dato primario y el análisis profundo
Recolectar datos directamente del turista en su paso por el destino, en el momento y lugar en que vive la experiencia es indispensable. Los datos primarios nos permiten conocer con mayor precisión:
Sus motivaciones reales de viaje.
Su nivel de satisfacción.
Su comportamiento de consumo.
Los segmentos o nichos que están eligiendo el destino.
En este sentido, uno de los grandes vacíos que existen en la mayoría de los estudios turísticos es el análisis detallado del gasto turístico real. No alcanza con decir cuánto “gastó en promedio” un visitante. Lo que necesitamos saber es cómo se distribuye ese gasto: ¿cuánto destinó a alojamiento? ¿a gastronomía? ¿a excursiones? ¿a productos locales? ¿a transporte interno? Sin ese desglose, no podemos identificar oportunidades de mejora, fortalecer cadenas de valor ni diseñar políticas que realmente potencien el desarrollo económico local.
Profesionalizar la gestión del dato
No se trata solo de contar visitantes: se trata de entender al turismo como una actividad económica, social y ambientalmente compleja, que requiere medición, análisis y toma de decisiones basadas en evidencia. Es hora de profesionalizar la gestión del dato turístico y capacitar equipos locales para su correcta recolección, procesamiento y uso estratégico.
Los destinos que logren sistematizar sus estadísticas con rigurosidad, ética y visión de largo plazo serán los que realmente puedan:
Diseñar políticas públicas efectivas.
Potenciar su desarrollo turístico sostenible.
Atraer inversiones responsables.
Adaptarse a nuevas tendencias y perfiles de viajeros.
Conclusión
Las estadísticas no son un fin en sí mismas. Son una herramienta poderosa para transformar el turismo en una actividad más inteligente, inclusiva y regenerativa. Y para eso, necesitamos datos reales, no discursos. Datos que permitan tomar decisiones, mejorar productos, sostener comunidades y proteger ecosistemas.
Hay que dejar atrás los informes llenos de estimaciones infladas y empezar a construir herramientas que expliquen por qué llega el turista y cómo distribuye su gasto en el territorio. Solo así podremos avanzar hacia un turismo que no solo contabilice visitantes, sino que comprenda personas, valores, preferencias y oportunidades de desarrollo local.
Magister Jorge Posdeley. licjorgeturismo@gmail.com PSS 11/05/2025
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